Los coches y el medio ambiente nunca se han llevado muy bien. Y menos si los motores rugen a las máximas revoluciones en medio de un entorno protegido. Algo parecido es lo que ocurrió a finales del año pasado cuando varios coches de competición participantes en el XVIII Rally Shalymar, entre el 20 y el 23 de noviembre, recorrieron a toda velocidad carreteras de la Cuenca Alta del Manzanares y la Sierra del Rincón, catalogadas por la Unesco como Reservas de la Biosfera. "Es una zona propia de nidificación de rapaces protegidas como el buitre negro", explica Félix Sánchez, de Ecologistas en Acción. "Los espectadores invaden áreas preservadas y no respetan nada. No hay control", abunda este vecino de Miraflores de la Sierra.
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